El nombre actual de “Adjuntas” no es sino una substantivación del adjetivo de la frase “Las tierras adjuntas”, con que se designaban las que pertenecieron a la jurisdicción de la Villa de San Blas de Illescas, en el valle de Coamo; ya que para aquel entonces, éste era un municipio y la parroquia y facilidades de caminos eran mejores que para otros puntos de la isla. (Puerto Rico).
Luego los tramos de caminos fueron mejores y éstas tierras fueron pasadas a la parroquia y el municipio de Ponce, y más tarde a Utuado, por iguales razones a las antes dicha, mejores caminos y más corta distancia.
Pasado el tiempo, largos años, los vecinos de ‘Las adjuntas tierras a Utuado”, ansiosos de progreso y ya habiendo un número de principios de haciendas y fincas organizadas, repartidas y diseminadas por toda la zona con edificaciones hechas con troncos de árboles y bohíos, habitaciones de yaguas de palmas en sus cercanías y un comienzo de población con el deseo vehemente de ser una zona urbana, se reunieron los habitantes para solicitar al gobierno de Madrid España, la autorización para convertir la villa en municipio.
Después de tiempo de estudio y comunicaciones con la corona de España, la autorización llegó del Real Consejo, y a través de manos del gobernador español, en Puerto Rico (General Don Salvador Meléndez y Ruíz); el 11 de agosto de 1815, “las adjuntas” queda fundada oficialmente como nueva municipalidad, y parroquia.
Como otra versión, se dice que estando la parroquia de San Miguel, en la antigua ciudad de Otoao, hoy, Utuado, convidaban los reverendos párrocos a sus feligreses a acompañarles en sus visitas a la parroquia de San Joaquín, que habían establecido en esta villa, iglesia adjunta a la de Utuado.
La costumbre de los párrocos era decir al invitar a sus feligreses: ‘Vamos a la adjuntas”, refiriéndose a la parroquia establecida en éste pueblo, se fue generalizando hasta que finalmente ya no era la iglesia ‘la adjunta”, sino que el pueblo mismo tomó el nombre de ‘Adjuntas”.